EL ARTE MUKIMONO
El arte Mukimono (剥き物) tiene su origen en la China de los siglos VI y
VII durante la dinastía Tang(618-907). Desde entonces el arte
tradicional de la decoración por medio de la escultura en frutas y
vegetales ha sido practicado en este y otros países asiáticos como
Corea, Tailandia, Japón y Filipinas. Es ahí donde encontramos las
variantes de técnica y aplicación características de cada estilo: “Thai”
(Repeticiones florales modulares, tiene origen en 1364 aproximadamente
de la dinastía de Sukkothai), “Mukimono” (Arte decorativo floral),
“Carving Chino” (Escultura en una sola pieza), etc. Hablando
específicamente del caso que nos ocupa, el arte Mukimono, nace en el
periodo Edo (1615-1817), recordándonos al famoso arte floral japonés
“ikebana*” (decoración floral) el cual simboliza al cielo, la Tierra y
el hombre. Detrás de la presentación artística de los platillos, que son
delicia al paladar y la vista, se oculta agazapada la filosofía
oriental. El esculpido o tallado se realiza con cuchillos muy delgados,
especialmente concebidos para tallar verdura y fruta. Los cortes, de una
gran finura, pueden representar flores, hojas, paisajes, animales e
incluso mensajes en ideogramas (Un ideograma es una representación
gráfica de una idea. En ciertos idiomas, como el chino o el japonés,
determinados símbolos representan palabras o ideas completas –casa,
hombre, montaña- y su escritura está, por tanto, basada en los
ideogramas).
La manera de cortar varía
según la textura de la verdura o fruta, y algunas verduras se presentan
al corte en tiras circulares, otras a dibujos geométricos (círculos,
medias lunas, rosetones, etc.), otras a cintas. El objetivo de esta
técnica no es solamente destacar las formas y los colores, sino también
poner de relieve los aromas y los sabores. Pero estas pequeñas
maravillas culinarias están destinadas más a la mirada y a la
imaginación que al paladar, ya que algunas de ellas son francamente
incomibles, pero otorga un toque bello a la cocina japonesa, otorgándole
su inconfundible personalidad. La aplicación que se puede hacer de este
arte en la gastronomía internacional —especialmente en el área de
“garde manger” o cocina fría— es muy amplia. Se usa para decorar los
bufetes en los que se elaboran adornos y guarniciones comestibles para
platillos fríos, para platones de quesos o carnes frías, y como centros
de mesa en los cuales pueden tallarse figuras con detalles alusivos al
tipo de evento. Al momento de colocar las figuras o adornos en charolas
es importante usar la simetría y buscar un punto focal para obtener una
fluidez visual.
Los frutos y vegetales que México produce, nos
permite contar con una gran diversidad de productos con los que se puede
llevar a cabo el arte Mukimono. Entre los vegetales más empleados se
encuentran el betabel, camote, zanahoria, nabo, rábano, cebolla, rabos
de cebollas de cambray, jícama y apio. Por su parte, las frutas más
recurridas son el melón chino (Honey Dew), melón valenciano (cantaloup),
kiwi, pimiento (rojo, verde o amarillo), berenjena, pepino, calabaza,
manzana, sandía, piña, papaya, jitomate, y los frutos cítricos como el
limón, la naranja, toronja y mandarina. Algunas de las figuras que se
pueden crear son: un pingüino con una berenjena, una mariposa con
betabel, un dragón con camote amarillo, una canasta con un melón, un
cangrejo con un pepino, una paloma con jícama, un barco con una sandía,
una langosta con zanahorias, o un florero con una piña, sólo por
mencionar algunos.
Para llevar a cabo estos trabajos es
necesario tener paciencia y disponer de tiempo para trabajar ordenada y
cuidadosamente. Los cuchillos mondadores, torneadores y las gubias, son
la herramienta básica empleada en los más de los casos para llevar a
cabo las esculturas y bajo relieves. La mayoría de las decoraciones
requieren colocarlas en agua con hielo, pues el agua fría permite que
las secciones y cortes de los vegetales se abran, separándose en forma
de espiral o curvas, sin perder su rigidez. Ciertas decoraciones
requieren de cortes de vegetales que sean flexibles y suaves para poder
entrelazarlos, doblarlos o pegarlos sin que se rompan. Esto se puede
llevar a cabo colocando los cortes en una solución (salmuera) de agua
con sal (50 gr. de sal en 500 ml de agua) hasta alcanzar la flexibilidad
necesaria; asimismo, el agua con hielo es un excelente medio para
preservar las decoraciones por algunos días. El cubrir las decoraciones
con gelatina clara es una técnica que se aplica en frutas y vegetales
con el fin de dar un brillo atractivo, además de preservar las
decoraciones.
Por su parte, el vinagre o el jugo de limón
tiene diversos usos, uno de ellos es prevenir la “oxidación”
(encafecimiento o pardeamiento enzimático) de decoraciones con manzanas o
berenjenas (y demás géneros que presenten la enzima fenolasa “polifenol
oxidasa”), además de actuar como conservador y retirar el penetrante
olor que deja la cebolla en las manos. Si no se cuenta con vinagre o
jugo de limón, se pueden usar dos tabletas de vitamina C en un
recipiente pequeño con agua fría (dado que la baja temperatura también
favorece a reducir la mencionada producción de dicha enzima). Es
recomendable que las decoraciones se elaboren con anticipación, esto con
el objetivo de no saturarse de trabajo el día del evento. Para
conservar decoraciones por un periodo más largo, se recomienda
almacenarlas en agua y guardarlas en el refrigerador, en donde pueden
permanecer frescas durante cuatro o cinco días.
Esta es una
manera conveniente de tener decoraciones disponibles cuando sea
necesario y, tratándose de un hotel o restaurante, resulta de gran ayuda
ya que pueden adelantar este tipo de producción antes de sus horarios
pico en temporadas altas. También es recomendable hacer un uso moderado
de los colores artificiales, pues si bien éstos realzan los colores
naturales de las frutas y vegetales, muchas veces pueden adquirir una
apariencia demasiado “artificial” en la que se pierde la apreciación
natural de la materia prima, por ello se debe buscar un balance de
colores y formas con el fin de proyectar decoraciones agradables a la
vista.
Para la aplicación de los colores artificiales (hidrosolubles)
se debe de diluir el color deseado (rojo, verde, amarillo, azul) en un
recipiente de agua, en una proporción aproximada de 10 ml de color para
cuatro litros de agua. Las decoraciones como rosas de jícama o flores
hechas de nabo se colocan en el agua de color, al sacar las flores se
deben de escurrir bien y, si se desea un color más brillante e intenso,
es necesario dejar las decoraciones en la solución por un periodo más
largo. Conocer los tamaños adecuados y los puntos de maduración exactos
de las frutas y vegetales es importante, ya que el ignorar estos
factores causaría problemas al momento de querer elaborar alguna
decoración con un producto más grande o más chico del que debe ser según
el espacio o base destinada con tal fin, por ejemplo: si se adquieren
rábanos chicos será imposible elaborar flores con varias capas de
pétalos; si se adquieren sandias muy grandes podrían ser estorbosas y
perderían funcionalidad y belleza en la decoración de una mesa durante
un bufete o cóctel.
En cuanto a la maduración es importante
conocer la estructura o consistencia que tienen las frutas y vegetales;
por ejemplo, si la jícama está muy madura se vuelve suave y quebradiza,
si lleva demasiado tiempo pelada se torna primero seca y luego blanda,
lo que impide realizar cortes. Los palillos comunes o los palillos
delgados para brochetas (kushi) son esenciales en el trabajo de garde
manger (cocina fría), así como los alfileres aunque empleados en menor
medida, con éstos podemos ensamblar adornos y figuras. Como el arte
Mukimono busca siempre un balance decorativo entre los colores, figuras y
texturas, las decoraciones se pueden presentar en platos o charolas,
oval, circulares, alargados, rectangulares, así como en bowls redondos,
octagonales y de pedestal para dar altura a la presentación. Además de
los platos de presentación, las placas de mármol, vidrios o espejos se
utilizan con gran frecuencia ya que hacen ver la comida más atractiva.
El arte Mukimono es indudablemente una excelente opción cuando pensamos
en dar un toque distintivo y atractivo a nuestros eventos sociales.
Existe
poca bibliografía referencial que documente de modo alguno las diversas
denominaciones que tienen cada uno de los cortes a emplear, pero de
modo indicativo, mostramos algunas de las principales asignaciones según
su uso:
GLOSARIO DE TÉRMINOS Y ACCESORIOS
Para
facilitar la interpretación de las descripciones realizadas y las
instrucciones dadas, seguidamente se expone una relación de las palabras
y términos utilizados en la sección de cortes:
ELEMENTOS DECORATIVOS
-Ala: Parte decorativa o representación del miembro superior de vuelo un ave.
-Botón:
Significa dejar un relieve redondo, al cual se le ha rebajado el nivel
en derredor (periferia) a fin de generar volumen.
Botón: Corte cerrado con pétalos pequeños abrazados o superpuestos.
Botón Estrellado abierto: Corte de estrella abierta que va al centro de una flor de repetición modular.
Botón Estrellado cerrado: Corte empalmado hacia adentro, de un centro de estrella con pétalos superpuestos.
-Cinta: Tira delgada y alargada, obtenida con cuchillo o bien el acanalador (decorador de cítricos).
-Corona: Se forma un cono invertido y se marca un borde a su alrededor, bajándose el nivel.
-Escama: Corte o muesca redondeada que se realiza con entresaques para generar volumen y movimiento.
-Flor: Elemento representativo y común de todos los tipos de carving, las hay muy simples o con pétalos superpuestos.
-Hoja: Elemento decorativo con diversas formas y variantes, acompañan los motivos florales.
-Marca: Marcar es indicar de modo visible con ayuda de un plumón o tinta, la zona de trabajo para guiarse en un diseño.
-Muesca: Incisión que sirve para generar volumen en un patrón o trazo a realzar.
-Pluma: Corte puntiagudo o redondeado (similar a la escama) en base a muescas y entresaques.
-Plumaje: Conjunto de incisiones repetitivas o cortes de pluma que dan volumen o movimiento en el tallado de un ave.
CORTES COMPUESTOS (según su forma)
Cachete: Corte primario (recto) para obtener hojas y algunas otras decoraciones
Corte en “L” invertida: Corte localizado similar al perfilado, pero con mayor volumen.
Corte en “V” recta: Corte en V con el primer segmento recto y el segundo angulado.
Corte en “V” invertida: Corte sesgado con el primer trazo inclinado y el segundo recto.
Corte
perfilado: Corte compuesto de dos incisiones, una vertical (corta) y
una completamente horizontal (alargada). Como una “L” enana y de poca
altura.
Corte sesgado: Corte compuesto realizado de forma diagonal y recto a la vez.
Cuarterón: Corte vertical meridional empleado en géneros redondos alargados. Su ángulo de apertura es recto (de 90°).
Gajo: Corte meridional (vertical) alargado, aplicado en géneros esféricos. Su ángulo de amplitud es de 45% (agudo).
Van
Dyke: Corte horizontal en “V”, que realizado en cadena, resulta en un
zigzag de decoración simple para coronas y canastas de frutas. Cuchillo
decorativo que recibe el mismo nombre.
TIPOS DE GUBIAS (Según
su filo) Las gubias son accesorios o utensilios de corte que presentan
una o dos puntas en filo. Es un tipo de formón de media caña que usan
especialmente los tallistas y otros profesionales de la madera o los
frutos para las obras delicadas.
Las gubias son de dos clases:
Las que se componen de una hoja semicircular, con bisel interior, fija
en un mango de madera sobre el que se golpea con un mazo para hacer
acanaladuras o agujeros redondeados de poca profundidad siendo para lo
que más se emplea.
Las que tienen el corte curvo en ambos
sentidos y el bisel por fuera, empleándose para emboquillar los agujeros
que se han de abrir con la barrena.
Las principales gubias utilizadas por los tallistas y otros profesionales se pueden dividir en:
Gubias planas: Parecidas a los formones pero con una leve curvatura que
facilita mucho su uso a la hora de la talla, ya que así se evita que
los vértices del extremo cortante rayen la madera.
Gubias curvas,
cañoncitos o con forma de U: Tienen forma semicircular con radio variado
y su uso facilita la desbastación de la madera antes de llegar a tocar
la forma final deseada.
Gubias en vértice, tricantos o con forma
de V: Son como la conjunción de dos formones en un vértice y su uso
principal es el de usar la punta de unión como elemento de corte que
marca la forma de manera previa, como si se dibujase sobre el boceto del
proyecto. De ese modo también da un margen de seguridad para trabajar
las adyacencias sin poner en peligro el otro extremo.
Gubias en
forma de cuchara: Como su nombre lo indica su forma recordaría al de una
cuchara pero con un extremo recto. Son usadas para la excavación de
concavidades en la madera, como en el caso del interior de un cuenco.
Existen muchos otros tipos de gubias, usadas por los artesanos para cortes y desbastaciones específicas.
TIPOS DE CUCHILLOS PARA CARVING
Torneador Mondador Thai Mukimono
Arte Ikebana:
*El
Ikebana es el arte floral japonés. La palabra Ikebana ((生け花 ó いけばな),
"flor viva colocada") (de ike(ru) (生ける, colocar) y bana (sonoración de
hana) (花, flor) denomina el arte japonés de arreglo floral. También se
conoce como kadō (華道 o 花道, el camino de las flores). Se dice que el
ikebana representa los más sublimes estados mentales y emocionales a los
que el ser humano puede aspirar.
Se trata de la composición de
motivos decorativos mediante flores, aunque también ramas, hojas, frutos
y semillas. Además de su propósito estético, también se utiliza como
método de meditación, ya que está conectado con el flujo de las
estaciones y ciclos de la vida. El hecho de que las obras sean efímeras,
debido al material de que están hechas, lo convierte en un acto de
reflexión sobre el paso del tiempo. El origen de este arte, de más de
500 años de historia, fue religioso, pero actualmente se ha exportado a
todo el mundo, y se ha convertido en una especie de hobby de la clase
alta europea y norteamericana. Proviene de una antigua tradición que
tenían los budistas chinos de hacer ofrendas florales a Buda. Fue
durante el s. VI en el que los misioneros chinos que se fueron a Japón
dieron a conocer este arte. A partir de entonces y hasta el s. XV el
Ikebana mantuvo su condición de ofrenda divina, llegó un momento en el
que perdió sus connotaciones religiosas. Pero hasta ese momento el
ikebana dio muchas vueltas. En un principio dicha acto consistía en una
sencilla ofrenda floral (incluso a veces sólo se ofrendaban sólo los
pétalos, como por ejemplo en la India). No fue hasta el s. X, durante el
cual en Japón se empezó a embellecer un poco dicha ofrenda, y se
incluyeron elementos como recipientes y demás.
El Ikebana se
basa en la armonía de una simple construcción lineal y la inclusión de
flores o elementos que nos puede ofrecer la propia naturaleza. A lo
largo de los siglos, ha habido multitud de escuelas de Ikebana, todas
ellas con sus características y sus manías. La primera escuela fue la de
Ono no Imoko, conocida como Ikebono, creada a principios del s. VII. Su
creador fue un japonés que tuvo la oportunidad de ir tres veces a la
corte de la China Imperial. Cuando se retiró, se convirtió en el
guardián del monasterio budista Rokkaku-do, situado a las afueras de
Kyoto y allí se convirtió en abad. Pasó a llamarse Semmu y se hospedó en
una pequeña casa llamada ike-bo-no (casa del lago). De ahí vino el
nombre de la escuela. De sus viajes a China aprendió el arte de las
ofrendas florales, cosa que aprovechó para perfeccionar en su retiro y
establecer unas primeras normas. Pero a partir de él, surgieron cantidad
de escuelas que tienen sus propias características, simbologías y demás
detalles.
Los materiales que se usan para la construcción son
flores, hojas, cereales, hierbas, ramas, semillas, frutas, vegetales
etc... Dichos materiales podían ser vivos, secos o artificiales. En un
principio se prefería el uso de materiales del lugar, aunque dicha
condición con el tiempo se fue perdiendo (propiciada en cierto modo por
la apertura al mundo que protagonizó Japón a finales del s. XIX). Otro
aspecto importante dentro del ikebana es el diseño. Las partes más
importantes del diseño son el color, la forma, la textura y la línea. El
color y la forma vienen dadas por la propia naturaleza del elemento
escogido, aunque con la creación de las escuelas modernas, dicha
naturaleza podía modificarse. La textura venía determinada por la
superficie de los materiales usados y la línea era expresada por las
ramas que tenía dicha composición. Todos estos detalles eran
imprescindibles para hacer una buena obra de ikebana.
Fue a
partir del siglo XV cuando, como ya se ha dicho, el Ikebana llega a la
categoría de arte, prescindiendo completamente de su precedente
religioso. A partir de ese momento, si no lo había hecho antes, tomaba
un cariz mucho más filosófico que antes. Una de las características que
se pueden comprobar a lo largo de los siglos con el Ikebana es que se
han ido creando escuelas que simplificaban, cuando no repudiaban, los
estatutos del estilo rikka. El Shoka simplifica las a su predecesor,
pero es que el Moribana y el Zen´ei ikebana rompen totalmente con el
Rikka. La incorporación de la mujer también es un dato a destacar. No
fue hasta el s. XIX que la mujer empezó a practicar el ikebana, aunque
el predominio de los hombres es notable todavía. Hasta entonces, dicho
arte era exclusivo de nobles, sacerdotes o guerreros en detrimento del
resto de la población. Actualmente en Japón hay de 2000 a 3000 escuelas,
a pesar de que entre algunas de ellas no hay apenas diferencias. Los
estilos más modernos son los que gozan de más éxito frente a los
antiguos.
COLEGIO THOTAL GOURMET T.K.G.R.
viernes, 21 de octubre de 2011
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